“Mi
nombre es Félix Capone, tengo 50 años y soy feliz como siempre lo soñé. Desde
ya aclaro que no soy escritor y creo que este libro no es para mirarlo con una
visión literaria. Este libro es para sentirlo, para abrirse, para mirarse en un
espejo de forma personal como nunca lo hicimos, desnudos ante nosotros mismos.
La historia es que nos conocimos con Río en el Almendro (un centro
ambulatorio de recuperación de adicciones), al cual
después de mi paso por él prefiero, y no sólo eso, sino que creo se tendrían
que llamar Centros de Rehumanización.
Río y yo llegamos ahí en la búsqueda de una paz que hasta ese
entonces no la habíamos logrado. Teníamos en común que los dos éramos adoptados
y habíamos nacido en Corrientes a orillas del río Paraná. Ambos amábamos tanto
vivir como amábamos los tatuajes. A partir de ahí nació una amistad que perdura
hasta hoy.’’
Esto nos cuenta Felix en la introducción de su libro. Después de eso, no más puedo decir que ‘’Río’’, está escrito de manera exquisita, se lee como ‘’agua’’ y se escribió desde el corazón durante años y fue revisado una y otra vez, hasta ser: ‘’Un río que corre hacia el océano”.